Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de UNICEF sostiene que tres de cada diez personas no tienen agua potable en su casa; lo que supone que en el mundo "dos mil cien millones de personas no pueden disfrutar de los beneficios del agua". A este dato, según fuentes de ambas entidades, hay que sumar otra cifra escandalosa en relación a este tema y, en este sentido, indican que seis de cada diez personas no pueden obtener los medios imprescindibles para vivir en unas condiciones de salubridad adecuadas; por tanto, "cuatro mil quinientos millones de seres humanos en el mundo no viven en condiciones óptimas".

Destaca un dato en relación a las información aportada en el informe y son los ochocientos cuarenta y cuatro millones de seres humanos que no tienen posibilidad de acceder al agua potable. De ellos, hay doscientos sesenta y tres que para obtener este bien tan preciado tienen que recorrer una distancia que, en ocasiones, supera los treinta minutos. Asimismo, ciento cincuenta y nueve millones siguen bebiendo agua que no ha recibido ningún tratamiento sanitario; es decir, que la beben directamente de los embalses naturales. Por último, se ofrece otro dato alarmante que tiene relación con la falta de capacidad de gestión de un total de 90 países que no tendrán medios para poder garantizar la cobertura universal de los servicios citados en el año 2030.

Estos datos, hechos públicos en el informe citado anteriormente, confirman que la falta de estos servicios primordiales afecta más en las zonas ruarles que en las áreas urbanas. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud recalca que se tienen que hacer extensibles a todos los sectores de la sociedad, al margen, de la capacidad económica y de los recursos disponibles porque en su conjunto constituyen un elemento esencial para la vida y para la salud.

Por esta razón, se apela a todos los gobiernos del mundo para garantizar que todas las personas los puedan tener en igualdad de condiciones.

Esta entidad, asimismo, señala que a pesar de los esfuerzos realizados desde el año 2000 para garantizar estos bienes, que contribuyen al bienestar de las personas, aún faltan en muchos colectivos que carecen de los recursos esenciales para poder desarrollar una vida plena con unas garantías mínimas que eviten, en la medida de lo posible, enfermedades por falta de higiene al no tener la posibilidad de contar con agua potable o jabón para poder lavarse las manos.

En esta coyuntura, según la OMS, surge un mayor riesgo para contraer enfermedades que pueden afectar, en especial, a los menores.

Mortalidad infantil

En esta línea, se añade un dato escalofriante que es consecuencia directa de la falta de estos recursos dado que, según cifras facilitadas por esta entidad, "trescientos sesenta y un mil niños menores de cinco años mueren cada año a causa de la diarrea". Esta coyuntura también se hace extensiva a otras enfermedades que pueden afectar a los seres humanos por las mismas razones; entre ellas la disentería o el cólera.

La OMS reclama que, en especial, los colectivos infantiles tengan acceso al agua potable porque este bien es imprescindible para que crezcan con salud además de evitar posibles enfermedades como las citadas anteriormente y que, en efecto, están asociadas a la falta de agua.

Por tanto, estos servicios se configuran como garantías no solo de la salud de las personas sino de ser capaces de generar sociedades más justas e igualitarias en las que todas las personas tengan acceso a los servicios y, en especial, aquellos que contribuyan a garantizar su salud para disfrutar de una vida plena.