El mundo ya vive la tendencia de la cerveza artesanal

La historia milenaria de la Cerveza en Europa le aporta a esta tendencia una naturalidad que la profundiza. Esto nos hace pensar en lo poco probable de que allí sea una moda pasajera. Ya la cerveza belga es Patrimonio de la humanidad, ya sabemos lo que significa en los países bajos, ya no es novedad que las góndolas Alemanas, Holandesas y, cada vez más, españolas, están dibujadas de colores variados y sorprendentes mezclas.

Igualmente, en América el sacudón comenzó desde arriba. Estados Unidos ya tiene una movida gigante de cerveceros pequeños y no tanto.

La cerveza artesanal norteamericana se pisa los talones a sí misma en industrialización y exportación. Este fenómeno ya lleva años en el gran país del norte y, como es de esperar, ya tiene un gran mundo de desarrollo de mercadotecnia alrededor de esta tendencia.

Así también, bajando en latitud por el continente, Brasil, México, Chile y Argentina están comenzando a jugar en primera en cuanto a producción de cerveza artesanal se refiere. Los cerveceros están agrupados, empujando para el mismo lado para impulsar cambios culturales locales. Miran lo que ya viene pasando en el resto del mundo y están confiados en la posibilidad de instalarse. Hay mucho trabajo y movimiento para ocuparse de la calidad propia y de los demás productores.

Esta tendencia está creciendo sobre un espíritu de colaboración que hace brindis, hace ruido y, claramente, no es solo espuma.

La cerveza artesanal en la mira de las industrias

Pero, ¿quiénes toman cerveza artesanal? ¿Cuáles son las barreras culturales que están sorteando estos productores? ¿Qué puede afectarle a las grandes industrias que algunos autodidactas se agrupen para sacar la producción cervecera de los hogares?

Parece que sí preocupa, porque la reacción de las industrias del sector es obvia. Los jóvenes de hasta 40 años son el segmento de consumo principal, la idea de que la calidad sea dudosa está convirtiéndose en un viejo mito y hasta parece que es excelente para la salud.

De repente, hay nuevos estilos en las cartas de las grandes marcas.

De repente, hay bares específicos donde la jerga cervecera de las marcas "de siempre" se parece a la nueva moda de consumo. De repente, ya no es clara esa marca que está detrás. De repente, la gran empresa compra una pequeña producción que se había instalado. De repente los pasos agrupados de los miles, no hacen caer al gigante, pero ya le están haciendo cosquillas en los pies.