El último jugador de Fútbol que ha tenido que lidiar con la Hacienda Pública ha sido el ex futbolista del Real Madrid Ricardo Carvalho. El portugués ha sido acusado de defraudar una cantidad cercana a los 550.000 euros en los años 2011 y 2012, en temas relacionados con sus derechos de imagen. El propio futbolista ha acordado con la Fiscalía una condena de siete meses de prisión, que no deberá cumplir, y el abono de una multa de 142.822 euros.

El acuerdo beneficia al jugador portugués, pues en un principio se solicitó desde la Abogacía del Estado una pena de un año de cárcel y una sanción económica de 300.000 euros.

Propuesta que finalmente no tuvo validez al considerarse que no existía agravante.

El propio Ricardo Carvalho reconoció todos los hechos y se prestó a asumir la resolución pactada, tras la vista oral celebrada en Madrid. Además,según el tribunal, en acto de buena fe, el propio Carvalho había devuelto la cantidad total defraudada y había reconocido su error antes de iniciarse el proceso judicial contra su persona.

El jugador ha sido internacional con Portugal en 89 ocasiones, logrando la Eurocopa 2016 en Francia. Al Real Madrid llegó en junio de 2010, permaneciendo dos temporadas en las que ganó una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Liga. Actualmente a sus 39 años, se encuentra en el Shanghai SIPG de la Superliga china apurando sus últimos pasos como futbolista profesional.

No se trata de un caso aislado en el mundo del fútbol

La condena de Ricardo Carvalho no se trata de un hecho puntual en el mundo del fútbol, ya que durante los últimos años se han producido bastantes casos de jugadores que han tenido algún tipo de problema con la Hacienda Española. Los de Cristiano Ronaldo, Lionel Messi o Neymar Jr son los más sonados, pero se han dado otros como los de Javier Mascherano, Alexis Sánchez, Xabi Alonso, Ángel Di María, Mesut Özil o Fabio Coentrao.

El denominador común, en la mayoría de los casos, está en el manejo de grandes cantidades de dinero por parte de personas jóvenes que no quieren saber nada más allá del fútbol y de disfrutar al máximo en sus ratos libres. Por ello, tienden a confiar en abogados, gestores y demás profesionales que les solucionan los deberes fiscales.

Al parecer no siempre con éxito.

Hasta el momento ningún futbolista ha tenido que ingresar en prisión, solventándose siempre la denuncia mediante un pacto entre jugador y Fiscalía. Lo que es evidente, es que nadie está exento del cumplimiento de sus obligaciones fiscales.