Una temporada más, el trofeo nacional de la Copa del Rey de Fútbol acapara los focos de atención en la parrilla deportiva. Y como toda buena tradición, vuelve a surgir una vez más entre los diferentes colectivos que rodean al deporte español la idea de jugar las fases eliminatorias a un sólo partido.

Tanto periodistas como aficionados del mundo del fútbol reflotan la utópica idea de realizar las fases eliminatorias a un sólo partido en pro de aumentar en emoción e interés los partidos del trofeo. Dicho esto, no sería un tema polémico de no ser por la diversidad en cuanto a las opiniones que suscita dicho planteamiento.

El espíritu de la Copa del Rey

La Copa del Rey es una oportunidad perfecta para equipos humildes y de categorías inferiores de medir sus fuerzas ante rivales de mayor calidad técnica, fama, recursos económicos, e incluso ante los propios ídolos de algunos integrantes de las plantillas mas "modestas". Se podría decir que es el premio obtenido tras un largo esfuerzo realizado en fases anteriores que los conjuntos más grandes no han de jugar por su categoría.

Pero un equipo no es sólo el cuerpo técnico y jugadores, la afición es parte indispensable a la hora de aupar a sus futbolistas a la gloria. Y como parte principal que son, también se merecen el premio de disfrutar en su propia casa, porque para cualquier hincha del fútbol su estadio local es su casa, de invitados de lujo que hagan gozar las maravillas de este deporte.

El problema surge cuando esta amplia diferencia de fuerzas se ve incrementada al tener la obligación de jugar partidos de ida y vuelta en cada fase eliminatoria. Gracias a dicho formato, los Real Madrid, F.C Barcelona, Cristiano, Messi, o cualquiera de los colosos de primera división, pueden permitirse el lujo de hacer rotaciones y dar descanso a sus estrellas internacionales.

De esta manera, no se satisface el deseo de jugar ante cracks mundiales y aun así se sigue manteniendo la ventaja de los grandes al poder disputar una vuelta en su estadio local, dejando así una sensación de amargura ante las gran dificultad y el poco espectáculo ofrecido.

División de opiniones

Ante la situación planteada, año tras año se propone a juicio de los máximos exponentes del fútbol en ruedas de prensa el posible cambio de formato y, como era de esperar, no hay un acuerdo ante la reestructuración de la competición.

El pasado martes, se preguntó a Ernesto Valverde, técnico del F.C Barcelona, por el tema y decía que "No tendríamos ningún problema. Lo que a mi no me gusta es un partido único en el campo del rival menos potente. Yo lo haría a sorteo puro". Dichas declaraciones pueden contrastar con la opinión de los máximos dirigentes de la federación, puesto que se sabe que mantendrán este formato, como mínimo hasta 2020.

Por otra parte, y para complicar más el tema, no debemos dejar de valorar el hecho de que muchos jugadores de clubs modestos tienen la oportunidad casi única de jugar en campos de Primera División, manjar indiscutible que satisface los sueños de muchos de estos jóvenes deportistas.

Por lo pronto y hasta la fecha, sólo nos queda disfrutar al máximo de nuestra competición copera con sus pros y sus contras, y apuntar los nombres de aquellas jóvenes promesas que en dicho trofeo tendrán la oportunidad de tener minutos y deslumbrar a las cámaras y espectadores.