Gonzalo Guedes, actual jugador del Valencia Club de Fútbol, incorporado esta temporada, gracias a una cesión facilitada por el equipo anteriormente nombrado, París Saint Germain; está realizando exhibiciones en cada intervención que lleva a cabo durante el transcurrir de las jornadas pertinentes.

Los deleites que este jugador ofrece, parecen crecer de forma exponencial, para el goce de la afición de Mestalla. El portugués, se encuentra en uno de los mejores momentos de toda su carrera futbolística, y para nuestro asombro, aún ni alcanza los 21 años de edad.

Fácilmente, podemos estar hablando de una de las figuras futuras, de los futuros iconos, que destacará, y será ejemplo, modelo en los años venideros, y en las futuras generaciones.

El luso arribó la campaña pasada a la capital de Francia, para unirse a un conjunto, por entonces en construcción, que sin embargo, en la actualidad, es considerado posiblemente, uno de los mejores, sino el mejor conformado del mundo. Bajo la tutela del míster guipuzcoano Unai Emery, y gracias a la controvertida llegada del brasileño Neymar Jr. éste equipo se ha armado a la perfección para poder librar toda batalla.

Tras una temporada en París, sin pena ni gloria para el luso, pues apenas se amarró una decena de partidos a sus espaldas, el joven fue cedido a inicios de esta temporada al Valencia C.F., donde debido a sus magistrales actuaciones, y a las más que evidentes muestras de talento, ha vuelto a situarse en mira de todos, incluido, como no podía ser menos, el equipo que en propiedad aún le posee.

El joven debutó en categorías profesionales con el Benfica, club de la ciudad de Lisboa, y junto al Oporto, máximo referente del fútbol portugués. Pronto, se personó en las filas del PSG, como promesa en progresión, lista para ser pulida, lista para brillar.

Desde luego, no conozco las pretensiones de Gonzalo, sin embargo, imagino que su llegada a París, le dotaría de ilusiones nacientes, le colmaría de motivaciones desbordantes bastante copiosas, y que al atisbar cómo su presencia en los terrenos de juego, era cuanto menos escasa, irían decayendo sus esperanzas, hasta el punto de atravesar algún momento de desazón o vaga desilusión.

Como proferí, desconozco a la perfección su sentimiento, y es por ello, que me rijo desde un punto de vista subjetivo, mas lo que intuyo obvio, es que este jugador suspira por retornar a un club, que no cabe duda, las venideras campañas estará en la disputa de todo.

Quién sabe si Gonzalo triunfará algún día en el Parque de los Príncipes, o tal acto nunca tornará factible, y nos toparemos con otra promesa en constante auge, más sin plena consolidación.

Quién sabe lo que le deparará el futuro a Gonzalo, quién sabe lo que me deparará el futuro a mí, o a usted que me lee...Desde luego, no cabe la menor duda, que es el momento de Gonzalo, así que carpe diem, y alea iacta est.