A pocos días de que arranquen las Finales 2017 de la mejor liga de baloncesto del mundo, y que harán historia por ser la primera vez que dos equipos repiten por tercer año consecutivo, un jugador destaca por encima de todos. Lebron James, ese jugador que pasó del instituto a competir con los mejores jugadores y a firmar un contrato millonario por Nike, afronta sus octavas finales, siete seguidas. Un hito al alcance de muy pocos, pero es que él es alguien especial, único en la NBA actual, que soñaba con emular a su ídolo Michael Jordan (por el que luce el '23') y con quien ahora le comparan.

Y eso ya es mucho, sobre todo para alguien al que le quedan aún muchos años al máximo nivel.

Desde su llegada a la liga en el año 2003 tras un paso exitoso por el instituto, LeBron fue escalando posiciones a pasos agigantados y pronto se convirtió en uno de los jugadores más dominantes que el baloncesto haya podido ver. Se trata de un portento físico no exento de talento individual, además de una capacidad de liderazgo inusual. Pocos son los jugadores capaces de decirle que no al de Ohio, y es que la atracción que provoca y su leyenda suponen para cualquiera un plus en sus carreras.

Su primera oportunidad de luchar por el anillo de campeón llegaría en 2007, justo hace 10 años de aquello, y aunque no acabó como esperaba (4-0 de los Spurs de Popovich), suponía un esbozo de un LeBron llamado a marcar una época.

Tras aquello, pasaron cuatro años hasta las siguientes Finales del Rey James, (dos eliminaciones ante los Celtics y otra frente a los Magic de Howard), que cambió Cleveland por Miami en una "decisión" que pasará a la historia. En Florida, con el Big Three de LeBron, Wade y Bosh, los Heat se plantaron en la final y allí les esperaban los Dallas Mavericks de un Dirk Nowitzki en plenitud, que se llevaría el título y dejaría al alero con un rosco en última ronda de dos intentos.

Ya en 2012, Miami se mediría a los Thunder de Westbrook, Durant y Harden en las terceras Finales de LeBron. Tras comenzar con derrota en Oklahoma, los de Florida pusieron la directa y comandados por un espectacular James, se llevarían el anillo, el primero del alero de Akron, nombrado además MVP con 28,6 puntos, 10,2 rebotes y 7,4 asistencias.

La siguiente temporada supondría el punto álgido del Big Three, que sumó su segundo anillo gracias a unas Finales increíbles que acabaron con un séptimo partido en el que LeBron brilló con 32 tantos.

Pero en 2014 llegaría la debacle para Miami, que tras una trayectoria casi inmaculada en temporada regular y deshacerse de sus rivales en postemporada, perdieron en las Finales ante San Antonio Spurs, que vencieron a los Heat con un balance de 4-1.

El inicio de la rivalidad vs Warriors

Tras aquello, LeBron se convirtió en agente y volvió a su tierra, a la que prometió amor eterno y, sobre todo, un anillo de la NBA. Esa temporada del regreso a Cleveland supuso el inicio de una rivalidad que pasará a ser leyenda cuando pase el tiempo y se aprecie lo que Golden State Warriors y Cavs hacen.

En las Finales de 2015, los Warriors de Kerr, liderados por Curry (en su primer MVP) y Thompson, se recompusieron tras el 1-2 de LeBron y compañía, y arrasaron en los siguientes hasta el 4-2 final.

La temporada pasada, aún en la retina para muchos, se convirtió en una de las Finales más recordadas de la NBA. Tras barrer cada uno en su conferencia, los Warriors del 73-9 eran los favoritos para repetir título, y más tras comenzar la serie con un contundente 3-1 y con opciones mínimas (en teoría) para LeBron y compañía. Pero al Rey no hay que darlo por muerto, y lideró a su equipo hasta darle la vuelta y vencer en un mágico séptimo partido en el Oracle Arena, que siempre recordará el triple decisivo de Kyrie Irving y el tapón antológico de James a Iguodala.

El Rey, MVP de la final, por fin cumplió su promesa y llevó el primer título para Cleveland.

Ahora, a tres días de que den comienzo las Finales 2017, pocos dan muchas opciones a los Cavs. Tal vez olvidan que LeBron James es un mito que sigue agrandando su leyenda, su gen competitivo no le permite rendirse y con él, ningún equipo puede sentirse inferior, por muchos récords de los Warriors. Señores, arranquen los motores, la hora de la verdad en la NBA ya está aquí. Disfrutemos.