En el deporte, como todo en esta vida, existen tipos y clases. Hay deportes individuales, por equipos; de agua, aquellos que se disputan con un balón redondo; los hay de raqueta, de nieve y sobre todo, los hay de barro. De mucho barro. Que, ¿qué son los deportes de barro? Son aquellos que se practican en un campo de muy limitadas dimensiones. Las porterías, canastas, palos o redes podrían estar catalogados como Patrimonio Histórico, debido a su antigüedad y de entre el suelo, parquet, cancha y césped, se podrían desenterrar los restos del mismísimo Ramsés II.

"Los practicantes de los deportes de barro viven enamorados de su disciplina"

Los deportes de barro, así como los espacios en los que se lleva a cabo su práctica, suelen estar ubicados en algún que otro cerro, barrio, campus universitario o lugar totalmente apartado de la esfera de lo mediático. Y es que, para los deportistas que practican esta modalidad, los únicos focos que les son conocidos son aquellos que se alzan diez metros sobre sus cabezas y a partir de determinada hora de la noche, sufren apagones repentinos. Sí, las instalaciones donde se practican suelen efectuar con frecuencia cortes de luz y agua caliente, en los mejores casos; aunque también los hay de agua fría. Por no hablar de las inclemencias meteorológicas que experimentan durante los meses de invierno donde el fenómeno conocido como la ‘gota fría’ se hace físico mediante goteras.

Los practicantes de los deportes de barro viven total y absolutamente enamorados de su disciplina. Dentro de este gran grupo existen categorías dedeportes de barro. Fútbol, baloncesto, rugby, atletismo, tenis... todas las disciplinas deportivas poseen, al menos, un equipo filial que milita en esta liga: la Liga del Barro. El requisito indispensable para formar parte de un equipo de barro es tener amor.

Amor hacia la modalidad practicada. Amor hacia el balón sin piel. Amor hacia el oval sin grip, hacia la canasta sin red, hacia los lagos contaminados; amor hacia tu raqueta marca desconocida, hacia las porterías oxidadas, pero sobre todo, amor hacia el barro. Dicen que el grafeno es el material del futuro, podrá serlo, no digo que no; pero sin el barro que forja corazones, el grafeno jamás será presente.

"Hay que ser muy estrella para ir a entrenar a un campo donde el barro es la bendición del otoño y la tierra seca y dura, la maldición del verano"

Mientras que El Clásico del pasado sábado congregó a más de dos millones y medio de personas frente a las pantallas de Movistar +, los partidos de la Liga del Barro no superan los más de 200 espectadores en el terreno de campo. Por no hablar de las retransmisiones, que corren a cargo de los ya tradicionales,“¿qué ha pitado?” o “¿cómo van?”, cuando el público se incorpora a la competición.

En la Liga del Barro no existen los sueldos, ni los spots multimillonarios. Aunque en caso de haberlos, corren a cargo del empresario de turno que decide invertir en tales chavales que, con una camiseta de “Cárnicas López” y un bocadillo, vuelve contentos a casa, sintiéndose famosos.

Se sienten famosos, porque estrellas ya lo son. Hay que ser muy estrella para ir cada día a entrenar a un campo donde el barro es la bendición del otoño; y la tierra seca y dura, la maldición del verano. Pero no se equivoquen, en la Liga del Barro no existe una sola estrella. Existen constelaciones. Una por cada equipo inscrito. Los más cultivados dicen que vivir en la esfera de lo mediático no es algo sencillo; pues bien, formar parte de estas constelaciones tampoco lo es. Es necesario poseer buenos dotes de costura y de medicina dermatológica, para coser medias y sanar quemaduras.

"Son la liga contra la injusticia, son el lado claro y oscuro del mundo deportivo, los deportistas de barro son ejemplos a seguir"

Más que deportistas, las estrellas del barro son multidisciplinares. Nutricionistas antes de la competición, fisioterapeutas durante y después; amigos y hermanos cuando se pierde y animadores cuando se vence. Psicólogos en las grandes finales, expertos en moda para decidir equipación o incluso periodistas, cuando se trata de contar el partido. Los practicantes de los deportes de barro se encuentran en la base de la pirámide mediática deportiva, aunque en lo más alto de la repercusión local. Son padres y madres, son profesores, son cantantes, son panaderos, son enamorados del deporte.

Son la liga contra la injusticia, son el lado claro y el oscuro del mundo deportivo, los deportistas de barro son ejemplos a seguir.

Aunque se les ofrezca un puesto en uno de esos deportes que acostumbran a tener focos durante todo el día, a dispensar agua caliente (¡y fría si se quiere!), a no vivir la gota fría; un deportista de barro siempre volverá a su cerro, a su barrio, a su campus universitario. Un deportista de constelación siempre estará compuesto por el material que construye los sueños: el barro.