James Rodríguez parece haberse hartado de poner buena cara a su actual situación en el Real Madrid, y su reacción cuando es sustituido en el partido de ayer ante el CD Leganés lo dice todo. El colombiano estaba disfrutando en el terreno de juego, tras volver a la titularidad mucho tiempo después, y poniendo la guinda con el primer gol del encuentro, tras una brillante jugada del joven Marco Asensio, que le pone el balón en bandeja para que abriera la lata en el Municipal de Butarque. Hasta ese momento todo iba a pedir de boca para James hasta que, en el minuto 72 de partido, el cartelón del cuarto árbitro anuncia que el "10" del conjunto madridista debía abandonar el terreno de juego, para dar entrada a Isco Alarcón.

La cara de James al ver que es el elegido lo dice todo. Sale del campo andando, cabeza baja, y maldiciendo en bajo, cochando la mano con rabia a los compañeros de equipo que salían a su paso para felicitarle por su partido. Cuando llega el momento de abrazar a Isco y abandonar el terreno de juego, el colombiano no mira ni saluda en ningún momento a su entrenador, Zinedine Zidane, y acaba dando un golpe al banquillo, antes de ocupar su asiento para desde allí ver lo que queda de partido. Tras el partido, su paso por zona mixta no es más tranquilizador para el aficionado madridista, que vió como captan las cámaras la mirada de enfado del talentoso centrocampista, y su salida a paso ligero sin pararse a hablar con la prensa.

Un pequeño incendio el formado ayer ante el Leganés que Zinedine Zidane intentó sofocar en rueda de prensa, entendiendo la actitud del colombiano tras ser elegido otra vez para salir del rectángulo de juego: "Entiendo perfectamente el cabreo de James, no tengo nada contra él. No hemos hablado en el vestuario. Es normal que uno siempre quiera estar los 90 minutos.

Son cosas que pasan y ya está, se acabó. Nos quedamos con el partido que ha hecho, ha jugado muy bien. Y ya está." Este último suceso parece aclarar aún más la situación de un James Rodríguez que tiene pie y medio fuera del conjunto madridista la temporada que viene, y que está viendo como su rol en el equipo de Zidane es cada vez menos transcendente.