Ahora mismo los teléfonos en Woking están que echan humo, pues tras la desastrosa pretemporada realizada por el equipo McLaren Honda, ha hecho que los altos directivos, como ya adelantó Fernando Alonso, estén tomando decisiones drásticas respecto a la motorización de McLaren para la presente temporada.

El inicio de estas conversaciones ya se produjeron, a modo de tanteo, durante la última semana de test en una reunión mantenida entre Zack Brown y Eric Boullier junto a Toto Wolff. En esta reunión se planteó la posibilidad de recuperar los motores Mercedes de cara a 2018, pero según se ha desvelado, por algunos miembros de Woking, en los últimos días estas conversaciones se han intensificado, participando en las mismas Mansour Ojjeh, accionista de un 25% del equipo McLaren, el cual mantiene unas excelentes relaciones con la cúpula de Mercedes y con la Familia Real de Bahréin.

Pese a que, tanto Boullier como Brown, dijeron la semana pasada que no pensaban romper el vínculo contractual que les une a Honda, la realidad parece tornarse en otra bien distinta, pues las últimas noticias confirman que McLaren podría motorizar, desde ya, el motor Mercedes, y no un motor Mercedes de especificación antigua, tal y como se venía rumoreando últimamente, sino un motor con especificación 2017, ya que la FIA por la actualización de su reglamento, obliga a los fabricantes de motor a prestar su última especificación para evitar casos de discriminación, como el que protagonizó Red Bull durante 2014, que hizo que finalmente en 2015 montaran motores Renault, pero bajo la nomenclatura de su nuevo sponsor TAG Heuer.

La única excepción es el equipo Sauber que monta motor Ferrari de especificación de 2016, pero porque ellos lo han elegido así por falta de presupuesto y no poder costear los motores Ferrari de nueva hornada 2017.

Esta circunstancia, daría lugar a un rediseño del monoplaza McLaren para equipar el nuevo motor, como indicaría el sentido común.

La clave está, en que el motor Honda de 2017 al cambiar de concepto, y “copiarse” del concepto de Mercedes, parece que tiene unas dimensiones y estructura muy similares que no perjudicaría al diseño del monoplaza, siendo los cambios mínimos y permitiendo una buena integración en el chasis.

Por otro lado, está la situación contractual y aquí juega un papel fundamental Mansour Ojjeh, ya que como uno de los principales accionistas pondría dinero de su bolsillo, junto al otro socio Mumtalakat y el grueso de la operación lo asumiría la Familia Real de Bahréin, que también participa en el equipo McLaren.

De esta manera, los 250 millones de rescisión de contrato con Honda serían asumidas sin afectar al presupuesto previsto para el desarrollo del monoplaza.

La operación no se ha culminado aún, porque desde McLaren están negociando para romper el contrato sin tener que pagar tal cantidad de dinero, ya que hay cláusulas que por falta de rendimiento permitirían abaratar la operación. Desde Honda, por su parte, se plantean invertir los 100 millones que aportan anualmente a McLaren, en recuperar el proyecto de Manor, el cual con el coche ya hecho sólo tendrían que adaptarle el motor Honda, y pasaría Honda a tener de nuevo equipo oficial, permitiendo así desarrollar el motor hasta ser competitivo, sin la presión que le exige McLaren.

Otra alternativa, es motorizar a Sauber, otro equipo que necesita presupuesto, y así con el apoyo de Honda se ahorraría el precio de los motores Ferrari, además de la inversión de los japoneses.