La verdad es que es muy difícil escribir sobre temas que traen consigo tanta controversia como este

Para empezar habría que definir ¿qué es deporte?

Parece que para algunos significa una cosa y para otros otra, lo que realmente ocurre es que hay una definición exacta.

La RAE, en su Diccionario de la lengua española, define deporte como una «actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas»; también, en una segunda acepción, más amplia, como «recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire».

Bien, una vez definido lo que es deporte, parece inevitable pensar que el motociclismo es deporte, pues cumple cada uno de estos requisitos, ya que implica una actividad física, hay competición y esta está bajo unas normas.

Vamos pues ahora a fijarnos en lo que dice la rae sobre espectáculo:

1. m. Función o diversión pública celebrada en un teatro, en un circo o en cualquier otro edificio o lugar en que se congrega la gente para presenciarla.

2. m. Conjunto de actividades profesionales relacionadas con los espectáculos. La gente, del mundo del espectáculo.

Bueno, viendo esto, ahora uno podría plantearse también el motociclismo como espectáculo, pues puede considerarse una diversión pública, celebrada en este caso en un circuito, en el cual se congrega la gente para presenciarlo.

Pero, ¿no podría según esa definición considerarse cualquier otro deporte como espectáculo? Da igual en que deporte estemos pensando pues todos cumplen también la definición de espectáculo. Entonces la controversia va más lejos de las definiciones, entra ya en parámetros de justicia y es que en todos los deportes de motor se incurre en la misma pregunta, ¿cuánto se depende de la máquina y cuánto de la persona que lo controla?

Es aquí donde está el núcleo de esta discusión sobre si considerar el motociclísmo como deporte o no.

¿El motor es lo más importante?

En un deporte de velocidad como es este se podría decir que lo que más importa es el motor y que siempre gana el que tiene una moto más rápida, pero no es así.

Como ejemplo tenemos a Ducati, una escudería de MotoGP cuyo motor era y es el más potente de todos y lleva 9 años sin conseguir el título desde que lo hiciera Casey Stoner en 2007.

Es por esto por lo que la velocidad y el motor no son lo más importante, sino el conjunto.

Es fácil pensar pues, dicho esto, que si no tienes la moto mejor equilibrada por mucho que seas un buen piloto no conseguirás nada. No se puede negar que la moto tiene un buen papel dentro de este deporte pero no es la protagonista, sino el piloto. Actualmente con los deportes tan modernizados parece que las diferencias entre pilotos se ven muy reducidas y que el papel de las motos cobra mucha más importancia. Es por esto que Dorna (la empresa organizadora del Mundial de Motociclismo que se celebra bajo la marca MotoGP, del cual posee los derechos de explotación comercial) ha querido darle un papel primordial al piloto, con actuaciones como la creación de una categoría la de moto2, en la que se utilizan los mismo motores para todos los pilotos y en la categoría de motogp proponiendo una centralita única.

Con actuaciones como esta es cierto que la moto sigue siendo importante pero al contrario de otros deportes de motor aquí el piloto sí que marca la diferencia.

El debate nunca acabará pues siempre que se piensa en deporte de motor parece que cuenta más la máquina que el piloto.