¿Qué es un aquenio? Seguro que alguna vez te has topado con uno. Sí, no pongas cara de sorpresa o de extrañeza. Si te gustan las fresas, habrás encontrado en tu camino a los aquenios. Y no, no son seres diminutos que viven dentro de estos alimentos tan sabrosos. Sigue leyendo este artículo y sabrás qué relación guardan las fresas y los aquenios.

Etimología de la palabra aquenio

Como muchas otras palabras de nuestro idioma, el aquenio procede del latín científico, achaenium o achenium, que también ha pasado a formar parte de otras lenguas indoeuropeas o germánicas, como son el inglés, el italiano, el francés, el portugués, el alemán o el rumano.

El prefijo -a es griego, sin embargo, y significa privación o negación de algo, y el verbo chainein, que en griego significa abrir. Acompañado de un sufijo -ium que esta vez no es griego sino latino, que se utiliza como diminutivo en términos relacionados con la botánica.

¿Qué es un aquenio?

Un aquenio es el término que denomina a un fruto pequeño, seco y monospermo. Monospermo quiere decir que viene de una única semilla o simiente. Es un fruto indehiscente, que significa que no se abre tras producirse el proceso de maduración. La Etimología del término lo indica, algo que no se abre o que no puede abrirse.

¿Qué plantas tienen aquenios? Existen muchas plantas que forman este tipo de frutos. La lechuga, el girasol, y aquí menciono por fin la relación con las fresas.

Las fresas tienen aquenios, y se confunden con semillas porque cuando se mastican las fresas, esos puntitos amarillentos y blanquecinos que se muestran en la superficie y que parecen resquebrajarse no son sino aquenios.

¿Todos los frutos indehiscentes son aquenios?

No, porque existe una clasificación mucho más extensa para definir aquenios de otros frutos indehiscentes.

Por ejemplo, el aquenio con pericarpo tenue es llamado utrículo. Por otro lado, el aquenio que tiene un ovario ínfero se denomina como cipsela, y está envuelto por un tejido extracarpelar, que es el tubo floral, y está además compuesto por más de un carpelo, un pericarpo papiráceo o esclerificado, como la pipa de girasol. Además, el vilano está constituido por un cáliz persistente.

La lechuga es una cipsela, según esta clasificación de frutos.

Los más usuales a la hora de confundirse con aquenios son los cariopses o cariópsides están formados por un ovario súpero, con una semilla adosada al pericarpo. Este rasgo es típico de cereales como el trigo y el maíz. La sámara tiene un ovario súpero pero el pericarpo está formado por alas. La disámara tiene fruto esquizocárpico de dos carpelos, en su maduración se separa en dos mericarpos alados. La trisámara también tiene ese fruto del mismo tipo, pero se separa en tres carpelos y también posee pericarpo alado.

De manera que la próxima vez que observes una fresa, ¡verás esos hermosos aquenios ante ti!