Vivimos en una sociedad donde la inteligencia se utiliza de muchas maneras, unas buenas y otras no tanto. Estamos acostumbrados a tratar con personas e inconscientemente las estudiamos, sabemos cómo son y por ello, actuamos de determinada manera según con quién nos encontremos.

Aunque la verdad está sobrevalorada, pues no existe un solo punto de vista, las Mentiras están a la orden del día. Unas son mayores que otras, pueden ser "mentiras piadosas" que vienen con buenas intenciones o ser aquellas cuyo fin es hacernos daño. El lenguaje corporal es un buen mecanismo para diferenciar entre quien dice la verdad o nos está engañando.

También es una buena herramienta fijarse en el comportamiento y los cambios de la persona que creemos que miente. Estos actos la descubrirán tarde o temprano.

El lenguaje corporal delata a los mentirosos

Nuestro lenguaje corporal puede ser el responsable de no poder encubrir una mentira. El subconsciente actúa de manera que no podemos controlar, aunque esto no es del todo fiable ya que cada persona es un mundo, con sus manías y sus costumbres.

  • El primer paso para delatar a quien engaña es fijarse en la mirada. Alguien que miente no suele mirarte a los ojos, suele apartar la vista. Lo más usual; hacia arriba o hacia la izquierda. Aunque es posible que simplemente la persona sea tímida y no pueda mantener el contacto visual.
  • La forma del movimiento de las manos también puede ser una pista importante. Si las esconde en los bolsillos o detrás de la espalda puede significar que esconde algo más que sus propias manos. Del mismo modo, si mueve nerviosamente estas extremidades, también puede ser un indicio de Engaño.
  • La expresión de la cara suele ser rígida, diferente a como estás acostumbrado a observar a tu interlocutor. Evitarás el tema del que estás intentando hablar y se mostrarán más serios de lo normal, sin apenas moverse. Además, debemos añadir los nervios que pude mostrar ante posibles interrupciones en la conversación.

Los comportamientos típicos de la persona que engaña

Es muy importante, si queremos pillar al mentiroso, estar muy atentos a dos de nuestros sentidos: la vista y el oído.

Un buen mentiroso se cree sus propias mentiras, se crea una historia de tal forma que vive en su propia realidad.

Algo muy típico en estos casos es ponerse a la defensiva, atacar el comportamiento de su interlocutor haciéndose la víctima y utilizando expresiones que refuercen su verdad como pueden ser "sinceramente" o "te lo prometo".

Del mismo modo, puede utilizar preguntas retóricas tales como "¿no me vas a creer?" donde el interlocutor, por lo general, se plantea la mentira.

Por esto es importante, además de analizar el comportamiento del interrogado, saber cuándo y cómo realizar las preguntas para que no se sienta acorralado y la conversación acabe en discusión y sin nada claro.

No hay que olvidar que todos estos mecanismos no son fiables al 100%, hay muchos factores que afectan al intentar descubrir una mentira, muchos de los actos citados pueden ser costumbres del interrogado que no nos revelan nada más que su personalidad. Por este motivo, no hay que obsesionarse y no olvidar que "se pilla antes a un mentiroso que a un cojo":