Los ciudadanos holandeses utilizan casi 180.000 toneladas de papel higiénico cada año. Que se use tanto papel significa que también se talan muchos árboles. Para que algo negativo se convierta en algo positivo la provincia holandesa Frisia trató de aprovechar al máximo el papel utilizado para construir una autopista de bicicletas.

Es una medida excepcional y más teniendo en cuenta que es un país que cuenta con 35.000 kilómetros de rutas de bicicleta. La primera prueba consta de una sección del camino que abarca cerca de 1 kilómetro de largo y que conecta la capital de la provincia de Frisia, Leeuwarden, con la ciudad de Stiens.

Como podéis imaginar, es la primera pista de bicicletas del mundo que se pavimenta con papel higiénico.

La mayoría de las carreteras de los Países Bajos están pavimentadas con un tipo particular de asfalto llamado OGFC, que es poroso y permeable al agua. En comparación con otros, se requieren más volúmenes de betún, que ayuda a unir las piedras y la arena. También se añade celulosa para espesar la mezcla.

"Cuando los caminos se mojan, se vuelven resbaladizos, por eso se pasó a usar este tipo de asfalto ya que absorbe el agua más rápidamente de la superficie de la carretera", explica Ernst Worrell, profesor de la Universidad de Utrecht.

Esta celulosa utilizada en la construcción de las carreteras de la provincia de Frisia proviene de los rollos de papel higiénico que los holandeses usan normalmente en el baño.

De esta forma se evita que tengan que ser tratados como objetos de desecho, es decir, ya no tiene que secarse e incinerarse produciendo grandes cantidades de CO2. Y además si se incinera el papel higiénico se destruyen muchos recursos valiosos como la celulosa y con esta medida esto ya no ocurre.

Estas pistas para ciclistas utilizan lo que se conoce como celulosa terciaria, extraída de los flujos de desechos, dice Erik Pijlman, director de KNN Cellulose, uno de los socios del proyecto:

"Cogemos la celulosa de estos deshechos y la transformamos de nuevo en materia prima".

Para poder hacer esto se tienen que filtrar con agua las fibras de papel usando un tamiz industrial de 0,35 mm. Luego se procede a una serie de máquinas que limpian, esterilizan, blanquean y secan el producto. El resultado final es un material suave y gris.

Existe infinidad de usos para la celulosa reciclada. Como ocurre en este caso se puede emplear en mezclas para hacer asfalto, o bien para elaborar pasta o papel, se puede usar como filtro e incluso para conseguir el aislamiento de edificios, o utilizarlo como biocombustibles, crear tejidos...

todos basados ​​en celulosa convencional. Pero como las aguas residuales están en contacto con los excrementos humanos, no pueden utilizarse en productos que entren en contacto directo con las personas.

"Técnicamente se podría utilizar para hacer cajas de pizza, pero ¿quieres que tu pizza se envuelva en celulosa que ha estado en contacto con agua de deshecho?" ironiza Carlijn Lahaye, administrador de CirTec, empresa que junto con KNN Cellulose ha desarrollado la tecnología para la extracción y limpieza de estas fibras de celulosa.

En el asfalto, sin embargo, los agentes patógenos son incapaces de sobrevivir a las temperaturas extremas del proceso de mezcla.

La primera porción de este asfalto especial tuvo lugar hace un año y aún se mantiene muy bien. De hecho es imposible distinguirla del resto del camino.