Una placa escrita en francés en la iglesia de Toloríu ( en el Pirineo de Lleida) recuerda una de las Historias más curiosas y desconocidas que confluyen en esa España legendaria que, en ocasiones, se torna en mágica. En este elemento conmemorativo se recuerda a dos personajes a caballo entre lo asombroso y lo real, y que están relacionados ni más ni menos que con un preciado tesoro: María "Xipaguazin" Moctezuma y Juan Grau.

Según la leyenda, Juan Grau era un barón de la zona de los Pirineos que se lanzó a la aventura en las filas conquistadoras de Hernán Cortés, donde quiso emparentarse con la realeza de aquellas nuevas tierras.

Y la realeza era la familia, ni más ni menos, del gran Moctezuma.

Aunque no existe ningún documento que lo verifique, se casó con una de las hijas de Moctezuma, cuyo nombre era Xipaguazin Moctezuma, a la que Juan Grau bautizó como "María" debido a la dificultad de pronunciar su nombre. Tras la campaña de Hernán Cortés, la princesa y Juan Grau viajaron hasta España, trayendo la princesa las fortunas que había podido rescatar de su malogrado padre. Se alojaron en la Casa Vima de Toloríu, que era una de las propiedades que pertenecían al barón en los Pirineos. La relación tuvo como fruto un hijo que fue bautizado con el nombre de Pedro de Grau y Moctezuma el 17 de mayo de 1536. Por tanto, sería el heredero del barón de Toloríu y tendría derecho a ser emperador de México.

Pero la princesa mexicana no se adaptó a la nueva vida en el Viejo Mundo, pasando sin pena ni gloria y falleciendo el 10 de enero de 1537. Sus restos fueron enterrados en la iglesia de Toloríu. Sin embargo, antes de morir, María "Xipaguazin" Moctezuma decidió esconder todas sus riquezas que tenía en la Casa Vima en los alrededores de la propiedad.

El linaje de la princesa azteca y el barón catalán se ha perpetuado a través de los siglos.

De hecho, la placa ya citada fue colocada por Guillermo de Grau-Moctezuma, que no dudó en proclamarse en los años 60 heredero del Imperio azteca y, por ende, de sus tesoros.

La Historia de un posible tesoro de Moctezuma enterrado por su hija en Toloríu volvió a salir a la luz en 1934. Un grupo de buscadores de tesoros alemanes adquirieron la propiedad de la Casa Vima.

Provisto de palas y picas, comenzaron a excavar la zona con el objetivo de hallar algo. ¿Estuvieron movidos por aquella vieja leyenda de un tesoro proveniente del exótico imperio de Moctezuma?

La romántica historia parecía que volvía a salir a la palestra casi 500 años después, pero la Guerra Civil se encargó de destruirla. En plena contienda, la iglesia de Toloríu fue saqueada y el cuerpo de María "Xipaguazin" Moctezuma desapareció para siempre, y con ella la prueba más irrefutable de una leyenda con visos de realidad.

En la actualidad, la Casa Vima sigue en pie, aunque su encuentra en un estado que no está a la altura de una familia formada por un poderoso barón catalán y una princesa hija del mismísimo emperador mexicano Moctezuma. Quizá, en las cercanías de esta masía caída en desgracia se encuentre una fortuna que le devuelva ese halo mítico que ha desprendido durante siglos.