"Desde el día 13 de junio de 1995, cada día 13 y el último de mes, a partir de las diez de la mañana, un grupo de mujeres y hombres se reúnen junto a un árbol situado en el arroyo Butarque, frente a la fuente de la Teja, en el barrio de La Fortuna de Leganés, esperando una aparición de la Virgen". Según La España Extraña de Javier Sierra y Jesús Callejo, con estas palabras el periódico local El Buzón de Leganés daba una noticia singular que puso la mirada de los amantes del misterio en este municipio madrileña.

La protagonista de esta historia fue Manuela Corral, que aseguraba que se le apareció la Virgen de Fátima en las cercanías de la fuente de la Teja.

Doña Manuela comentaba que la Virgen le había encomendado la construcción de una ermita en aquel lugar, a lo que la mujer accedió comenzando por colocar la imagen de la Virgen de Fátima en un sauce situado al lado de la fuente.

Tras correr como la pólvora por Leganés la supuesta aparición de la Virgen a doña Manuela, la mecha se había encendido. Primero, empezaron a llegar los vecinos del municipio madrileño, que comenzaron a beber el agua de aquella fuente a la que otorgaban propiedades curativas y milagrosas; después, el lugar empezó a atraer a cientos de fieles venidos de toda España movidos por su devoción. Cuando El País acudió a cubrir la noticia, se encontró a 200 personas reunidas alrededor del sauce donde se había colocado la imagen de la Virgen de Fátima con garrafas para coger agua de aquella fuente de la Teja.

Y finalmente, como en todos los casos de supuestas apariciones marianas, acaban llegando los prodigios y las visiones colectivas.

Javier Leralta recoge un testimonio que narra que, en una ocasión, los allí presentes vieron salir del Sol un corazón que se transformó en "la Milagrosa" con una serpiente en los pies; después vieron el camino lleno de oro y pensaron que estaban en el mismísimo Reino de los Cielos. Además se corrió la voz de que una Virgen de Fátima de plástico que tenía en casa doña Manuela comenzó a llorar lágrimas de sangre, que se interpretó como un mal augurio.

El Ayuntamiento de Leganés tuvo que tomar cartas en el asunto, pues el agua de aquel arroyo no era potable. Realizaron análisis en la fuente y vieron que el agua tenía una concentración de nitratos entre 62 y 82 miligramos por litro, cuando lo máximo permitido es 50. Con un consumo continuado los nitratos pueden transformarse en nitrosamina, una sustancia que es factor de riesgo para el cáncer gástrico.

Sin embargo, los devotos no hicieron caso a la medida e incluso decían que "era bueno para el estómago". El Ayuntamiento colocó un cartel de "Agua no potable" en la fuente de la Teja, pero poco ha importado...

¿Puede provocar el agua no potable alucinaciones y visiones que "ayuden" a ser testigos de apariciones marianas?¿Realmente ocurrió algo sobrenatural aquella mañana veraniega de Leganés? ¿Se sabrá algún día?