Robert Provine, neurobiólogo del comportamiento de la Universidad de Maryland, sostiene que la risa sirve para "puntualizar" el habla sin estar "relacionada con el humor". A su juicio, los oradores "suelen reírse más a menudo que su audiencia". Provine, en el artículo ' Reir, Cosquillas, y la Evolución del Habla y Yo', explica que la evolución física del ser humano se desarrolló en beneficio de esta respuesta biológica del organismo que responde a estímulos.

Así señala que la evolución de los bípedos liberó al tórax "su papel de apoyo en la locomoción cuadrúpedo" lo que significó "un paso crítico para desacoplar la respiración proporcionando a los humanos el control flexible de la respiración necesaria para el habla y nuestra risa característica".

Sin embargo, el aspecto fisiológico de la sonrisa indica que se trata de una expresión facial que se forma al flexionar diecisiete músculos cerca de los extremos de la boca y de los ojos; aunque las emociones vinculadas a esta expresión del cuerpo son reflejo de sentimientos tan dispares como el placer o la ansiedad.

En cualquier caso y, al margen, de las diversas interpretaciones de su naturaleza aporta beneficios para la salud. Simular una emoción envía un mensaje claro al cerebro que la interpreta como tal y, por tanto, la provoca realmente en la mente. Así lo constató el padre de la teoría de la evolución, Charles Darwin. De hecho, al sonreir el cerebro evoca la emoción de estar contento y es cuándo libera sustancias que generan alegría.

Feedback facial

Así lo constataron Joshua Ian Davis, Ann Senghas y Kevin N. Ochsner en un estudio sobre el feedback facial de las emociones. Los científicos comprobaron que la "contracción de los músculos involucrados en las expresiones faciales (por ejemplo, sonriendo o frunciendo el ceño) puede hacer que las emociones sean más intensas, incluso cuando no se sabe que está modificando la expresión".

Sin embargo, no está resuelto si y cómo "inhibir las expresiones faciales podría debilitar la experiencia emocional".

En su estudio, un total de 142 participantes observaron clips de vídeo positivos y negativos mientras "inhibían sus expresiones faciales o no". Cuando la conciencia de la hipótesis y los efectos de la distracción fueron controlados experimentalmente, "la inhibición de las expresiones faciales debilitó algunas experiencias emocionales", indican los investigadores.

"Estos hallazgos proporcionan una nueva perspectiva de las formas en que la inhibición de la expresión facial puede afectar la experiencia emocional: el vínculo no depende de la demanda experimental, las teorías sobre las conexiones entre la expresión y la experiencia o la distracción involucrada en inhibir las expresiones", concluyen los científicos.