La Doctora en Cognición Social Comparada, Juliane Kaminski, afirma que los humanos seleccionan perros en base a sus "preferencias" y esto puede causar problemas si se deja de pensar en la "funcionalidad" de sus cuerpos y solo "nos centramos en el aspecto o en las preferencias visuales que tenemos". En este sentido, la investigadora señala que hay investigaciones que demuestran que "el crecimiento de la estructura ósea de los perros está regulado por un único gen".

Este dato,- advierte la investigadora- implica que "si solo es un gen se puede manipular el crecimiento de un perro con mucha facilidad".

En esta línea, apunta que se puede "hacer rápidamente que perros pasen de ser muy pequeños a ser muy grandes". "El problema con esto es que cuando la estructura ósea crece o disminuye puede que los tejidos blandos no sean capaces de seguir este cambio tan rápido en la estructura ósea", sostiene la Doctora.

Por tanto, indica Kamiski, se están creando razas que, por ejemplo, "tienen una cabeza muy pequeña y corta pero la lengua les cuelga o todo el tejido blando dentro de su boca es, de hecho, demasiado grande". "Por eso, estamos creando especies que no son capaces de respirar correctamente", concluye.