Una enfermedad causada por el cambio climático

Los CORALES marinos son agrupaciones de animales dentro del filo Cnidaria (incluye medusas, anémonas, pólipos y corales), formadas por miles de individuos. Estos, pueden atrapar su alimento mediante células urticantes (cnidocitos) de sus tentáculos, como plancton o diferentes peces, pero su mayor aporte nutritivo lo obtienen de unas algas unicelulares fotosintéticas que viven en simbiosis en su interior, las zooxantelas. Estas algas les dan el color característico a cada agrupación coralina, conformando la enorme diversidad de colores y formas de los arrecifes de coral.

Además, estos hábitats representan anualmente unos 30 mil millones de dólares de la economía mundial, sosteniendo a más 500 millones de personas.

Bajo condiciones de estrés en el coral, como pueden ser grandes variaciones en la temperatura del agua, en la radiación solar, en la química del agua o por la exposición al aire libre al bajar la marea, la relación simbiótica entre algas y cnidarios se ve muy perjudicada. Los corales no son capaces de aportarles a las zooxantelas materias primas para la fotosíntesis, como dióxido de carbono y amonio (fuente de nitrógeno), esto hace que las algas dejen de cederles compuestos carbonados de la fotosíntesis a sus hospedadores y el coral tenga que expulsarlas para no seguir perdiendo energía con la interacción.

Esto produce la total pérdida de color de los corales a un blanco cal, razón por la cual se le denomina a este fenómeno como blanqueo o decoloración del coral.

La solución a pie de laboratorio

Utilizando un género de estas microalgas zooxantelas denominado Symbiodinium, en la Universidad Australiana de Nueva Gales del Sur, han encontrado una posible solución a este problema global.

Al igual que todas estas algas, Symbiodinium es imprescindible en los arrecifes de coral para alimentar a sus individuos formadores, y le afecta de igual forma el blanqueamiento como consecuencia del cambio climático y la contaminación de los mares provocada por el ser humano.

Tras varios años de investigación, al ser unos organismos con una biología muy especial, se han conseguido identificar varios genes posiblemente implicados en mejorar la tolerancia de estas microalgas a los cambios ambientales que ocurren a su alrededor.

Además, el mismo grupo de investigación ha puesto ya apunto diferentes técnicas y procedimientos de ingeniería genética aplicables a las zooxantelas, con las cuales poder modificar de forma totalmente dirigida la expresión de estos genes de interés.

Una vez se consigan Symbiodinium altamente tolerantes, se comprobará en laboratorio cómo resisten los cambios ambientales en su unión con los corales, mediante condiciones totalmente controladas. Y tras estudios exhaustivos de viabilidad y aceptación por los ecosistemas, se intentará su incorporación a nuestros océanos. Un largo proceso de investigación que podría solucionar un grave problema a nivel mundial.