La insólita criatura marina encontrada es un plesiosaurio fosilizado de hace 132 millones de años. Se trata de un extinto reptil acuático que presenta un cuello extremadamente largo y que además se asemejaba a la imagen que todos tenemos en la mente del monstruo del Lago Ness, que conquistó los mares durante la era de los dinosaurios.

En verdad, fueron unos coleccionistas de fósiles curiosamente los que rescataron en el año 1964 los restos del esqueleto de unos ocho metros de largo.

Sus huesos, que están en muy buen estado, salieron a la luz mientras varias máquinas excavadoras escarbaban un depósito de arcilla cerca de Hannover, concretamente en la localidad de Sarstedt.

Después de más de 50 años, el Museo Estatal de la Baja Sajonia en Hannover ha decidido invitar por fin a varios científicos de prestigio internacional para que examinen tan raro espécimen y descubran todos sus secretos.

El primo de Nessie, la nueva criatura, ha sido bautizada con el nombre de Lagenanectes richterae. Por suerte se conservan varias partes del esqueleto; costillas, vertebras, huesos que forman parte de las aletas y el cráneo, cuya poderosa mandíbula soporta gran cantidad de dientes alargados similares a los colmillos.

Se cree que a través de unos canales internos dispuestos en la misma quijada, por mediación de tejido nervioso alojado en esta y que se comportaría como una espécie de electroreceptor, el Lagenanectes podía localizar su presa de igual forma que hacen los tiburones.

Es posible que el animal muriese a causa de una enfermedad que arrastró durante tiempo, ya que el examen de algunos huesos han revelado distintas muestras de infección bacteriana crónica.

Aseguran los especialistas que este plesiosaurio es de los más antiguos dentro de su tipo y se piensa que evolucionó en el mar que antaño inundó aquella parte de Europa donde se ha encontrado. Estos animales en particular desarrollaron un cuello impresionantemente largo, robusto, llegando a incluir hasta 75 vértebras para sustentarlo.

Dichas especies que florecieron en el Cretáceo se extinguirían junto con los otros dinosaurios, hace alrededor de 66 millones de años. Su hábitat natural solía encontrarse en mares poco profundos que hace 132 millones de años terminaron por anegar las tierras que hoy conforman la parte más septentrional de Alemania. Con lo cual estamos delante de un género muy antiguo.

Por supuesto, seguirá expuesto en el museo.