Hace un mes muchos observábamos con pavor las imágenes del terrorífico incendio forestal de Moguer y Mazagón que obligó a evacuar a miles de residentes y turistas y que calcinó una parte del entorno protegido de Doñana. Entonces, pudimos escuchar a muchos políticos lamentarse de las consecuencias del incendio, y también pudimos escuchar a la presidenta de la Junta de Andalucía prometer contundentemente que no permitiría que nadie especulase con un palmo de terreno afectado por aquella catástrofe ecológica.

La alarmante situación del acuífero

Sin embargo, Doñana lleva años asediada por múltiples amenazas, como el conocido proyecto de gasoducto de Gas Natural (ahora en suspenso) o la proliferación de cultivos, legales y descontrolados, que desecan progresivamente los pozos de los que se nutren los humedales del parque y que ponen en riesgo la continuidad de este valiosísimo reducto para decenas de especies protegidas y en peligro de extinción, como el águila imperial, el lince ibérico, el calamón o la focha cornuda.

Al respecto de la situación de los pozos de agua, la organización ecologista WWF España se hace eco de un informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, fechada el pasado mes de abril, en el cual se advertía de que en la zona del acuífero próxima a las zonas de regadío la situación es de “alarma”, según indican un 36% de los medidores de calidad, y que la situación general del acuífero es bastante peor que la que debería mostrar en un año normal. Además, el informe indica que tres de las cinco zonas del gran pozo subterráneo de Doñana se encuentra en mal estado cuantitativo en su masa de agua.

Los pozos y cultivos ilegales son los culpables

WWF sostiene que la razón principal de la preocupante situación del acuífero se encuentra en la desidia por parte del gobierno y de la Junta de Andalucía a la hora de controlar y acotar la extensión de las zonas dedicadas al cultivo en el entorno de Doñana, así como su inacción en la labor de secado de pozos ilegales y destrucción de cultivos ilícitos.

Por ello, la organización ecologista exhorta al próximo Consejo de Participación de Doñana para que dé su visto bueno a que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir declare el acuífero de Doñana “en riesgo”, lo que obligaría a las administraciones a tomar medidas legales decisivas que ayuden a conservar a la reserva natural más importante de Europa, que es también Patrimonio Natural de la Humanidad según la UNESCO