Un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y expertos de la Agencia Europea del Espacio (ESA, por su acrónimo en inglés) han llevado a cabo un estudio científico con el objetivo de encontrar la manera de impedir que objetos rocosos procedentes del espacio impacten con la superficie terrestre.

En la primera fase de la investigación, que ha tenido una duración de dos años, los científicos han obtenido información sobre las propiedades físicas que conforman un Meteorito, como la composición, la densidad, la dureza, la elasticidad y la resistencia, que según ha apuntado el investigador del CSIC Josep Maria Trigo, “los resultados de este trabajo son muy relevantes para una posible misión en la que de manera eficiente se proponga desviar mediante un proyectil cinético un asteroide próximo a la tierra”.

Estos ensayos se han realizado en el laboratorio de la Universidad Autónoma de Barcelona mediante un nanoindentador, un aparato que permite hacer unos cortes en el material rocoso para determinar de forma exhaustiva cómo es por dentro un meteorito.

Fenómeno Chelyábinsk

En esta primera parte, que ha sido publicada en la revista científica estadounidense con mayor prestigio The Astrophysical Journal, los investigadores han analizado los materiales del meteorito Chelyábinsk, que explotó en 2013 en el cielo de la ciudad rusa que le da nombre. “El estudio de la composición química y mineralógica del meteorito Chelyábinsk nos permite conocer detalles fundamentales de los procesos de compactación por colisiones que han sufrido los asteroides cercanos a la tierra”, ha añadido Trigo.

Aunque parezca un fenómeno insólito, lo cierto es que es un hecho más frecuente de lo que uno piensa. Millones de asteroides, que se denominan meteoritos cuando llegan a la tierra, gravitan en el espacio a miles de kilómetros los unos de los otros. Estos pueden chocar entre sí, descomponiéndose en pedazos que salen disparados por el espacio y acaban en la superficie terrestre.

Así fue el caso de Chelyábinsk, cuando el meteorito atravesó la atmósfera a una velocidad hipersónica, éste explotó y provocó una onda expansiva que, por suerte, no causó víctimas mortales pero dejó más de 1.200 heridos y, además, alrededor de 3.300 viviendas afectadas.

Anillo de asteroides

Anteriores estudios científicos apuntan que este meteorito pudo provenir del Cinturón de Asteroides, una zona del espacio situada entre las órbitas de Marte y Júpiter, que alberga a la gran mayoría de estos objetos del Sistema Solar que giran alrededor de una enorme estrella, el Sol.

Hasta la fecha, el meteorito más grande encontrado fue Hoba, un meteorito de hierro descubierto en Namibia (sur de África) en 1920. Poseía un diámetro de 10 metros y un peso aproximado de 60 toneladas. Las investigaciones revelaron que pudo impactar con la tierra hace unos 80.000 años.