El investigador D.Goldman y su equipo del instituto de tecnología de Georgia en Atlanta ha establecido la hipótesis de que la cola de los tetrápodos que empezaron a colonizar la tierra firme hace 360 millones de años jugó un papel fundamental a la hora de facilitar su adaptación a la tierra firme. Esta peculiaridad física de los tetrápodos les facilitó la titánica tarea de desplazarse por terrenos sólidos, difíciles y granulosos, como la madera o la arena.

Moverse por terreno sólido es realmente difícil. Unos terrenos revisten más dificultad que otros pero la clave está en cómo el cuerpo animal encuentra la manera de adpatarse a un nuevo terreno.

Sin duda, los terrenos blandos y maleables son los más desafiantes para un organismo vivo. Su dinamismo crea dificultades para establecer una base sólida de movimiento.

La cola de un animal, en el caso de los seres marinos especialmente, es clave en el desplazamiento de sus cuerpos. Juega un papel esencial en el hecho de nadar, por ejemplo. Pero, ¿ha sido también un elemento de adaptación en la colonización terrestre de los tetrápodos, por ejemplo? Para responder a esta cuestión, el citado grupo de investigadores ha trabajado con varios planteamientos básicos. El primero de ellos es un modelo biológico: El gobio. Se trata de un pez capaz de respirar por su piel, al igual que las ranas, y que usa las prolongaciones de su pecho como medio de transporte extra, como una especie de patas.

Se trata de un ejemplo de modelo de locomoción terrestre primitiva.

El segundo modelo de trabajo es robótico. El ingenio tiene dos patas, en lugar de cuatro, para facilitar su manejo, y además está provisto de una cola. Según los investigadores, se trata de un invento óptimo para trabajar con una representación fácil de manipular y modificar.

El tercer modelo de trabajo es puramente matemático y sirve para modelizar la facilidad relativa que puede tener un animal para desplazarse con cola o sin ella, todo ello mediante una suma de fuerzas físicas medidas y claramente definidas.

Los investigadores establecieron que en el caso del gobio, el movimiento de la cola permitía al animal moverse de manera estable por una superficie de arena submarina.

La cola era un elemento de impulso además de estabilidad.

Para comprender más a fondo los principios que explican esta realidad física, los investigadores utilizaron los modelos robótico y matemático. Cambiaron los parámetros necesarios, añadieron miembros y emplearon el modelo con o sin cola. Los experimentos mostraron que el uso de la cola permitía aumentar la distancia recorrida por el animal en varios centímetros.

Por lo tanto, los primeros tetrápodos habrían adaptado el uso de su cola, inicialmente utilizada para el nado, a los desplazamientos terrestres, de manera que el uso de su extremidad les sirvió para desplazarse también en las nuevas zonas de tierra firme.