Ha sido bautizado como “Moonwalk”, y se trata de un proyecto europeo que coordina el “Centro de Astrobiología”, asociado a su vez al “NASA Astrobiology Institute”. Los ensayos, pruebas y experimentos tendrán lugar en Río Tinto (Huelva), y se prolongarán a lo largo de dos semanas. En la simulación participará un astronauta, que irá acompañado sobre el terreno por un nuevo robot de experimentación, (bautizado como “YEMO”) al que se ha provisto con unas aspas en puesto de ruedas, con el fin de que le sea posible “escalar” pendientes muy pronunciadas, entre otros muchos instrumentos para la Investigación científica.

Entre los ensayos a realizar en la inmensa maqueta a tamaño natural de Marte, destacan algunas pruebas destinadas a lograr que el novedoso robot obedezca al astronauta mediante un singular lenguaje de gestos. De hecho, según se expone en la página web oficial del proyecto “Moonwalk”, el objetivo principal de esta serie de simulaciones será “el desarrollo y mejora de las técnicas para que un humano y un robot realicen actividades extravehiculares (EVA) en cooperación”. Al parecer, los técnicos y responsables del proyecto ya tienen localizadas con bastante seguridad las zonas idóneas para realizar las pruebas.

Además, y según recoge el diario “El Pais” en su edición digital, será testado el nuevo traje espacial “Gandolfi 2”, entre otros equipos de reciente innovación.

Una serie de pruebas que ayudarán a comprobar la eficacia de los equipos que más tarde serán empleados en la exploración espacial, a la que en los últimos años se están sumando un gran número de países y agencias espaciales como la ESA o la omnipresente NASA con un interés común: poner astronautas sobre la superficie de Martey potenciar la investigación científica en el espacio exterior.

Lugar idóneo para la investigación científica

La mencionada cuenca minera de Huelva es considerada a día de hoy como el escenario idóneo para llevar a cabo esta clase de simulaciones, dado que la presencia de un alto contenido en su suelo de azufre y hierro convierten al paraje en el equivalente teórico de lo que se estima debe ser el suelo marciano.

Pero éste no será el único escenario del ambicioso proyecto “Moonwalk” pues, según atestigua el investigador Víctor Parro, éste está dividido en dos partes: la primera de ellas en Río Tinto. La segunda, que complementará esta parte de los ensayos, se realizará bajo las aguas de la costa de Marsella, donde robot y astronauta llevarán a cabo la simulación de más actividades extravehiculares (las mencionadas EVA) en unas condiciones que estarían reproduciendo las condiciones de baja gravedad, esta vez de la Luna. Parro asegura que “lo que aprendamos en Río Tinto será extrapolado a la simulación en Marsella, porque al fin y al cabo, las actividades extravehiculares van a ser similares”.

Víctor Parro y su equipo son de la opinión de que Río Tinto, además de consolidarse como ambiente ideal de experimentación por su similitud con las condiciones marcianas, llegará a constituir un “lugar de referencia” obligado de simulaciones en Europa, ya que es “una gran maqueta de Marte”.