INTRODUCCIÓN:

Nuestra sociedad ha padecido en las últimas décadas una profunda metamorfosis, en su forma de vivir, trabajar y relacionarse. La sociedad moderna esta cada vez más sometida al tecnoestrés con un estilo de vida muy sedentario y alejado de la naturaleza. Todo ello hace que el interés social por aquello que pueda mejorar su salud física y mental aumente progresivamente.

METODOLOGÍA:

Las pautas generales de los trabajos de campo acometidos son similares: al grupo de población sujeto a estudio se le expone al medio forestal y al urbano. Estos contactos se materializan mediante diferentes paseos por ambos lugares y a través de la contemplación de paisajes, sentados en una silla (ambas experiencias tienen una duración relativamente corta, estando entre los 15 minutos y las 3 ó 4 horas).

Antes, durante y después de estas actividades, se les realizan diferentes análisis y mediciones (tensión arterial, pulsaciones, electrocardiograma, análisis de sangre, orina y saliva, etc.), así como encuestas de aspectos psicológicos. De esta forma, se comparan las respuestas fisiológicas y psicológicas de los individuos a las experiencias urbanas y forestales.

RESULTADOS:

En las investigaciones médicas existentes sobre los efectos terapeúticos del contacto con el medio forestal se observa como el valor de la presión arterial es más bajo antes del paseo y antes y después de la contemplación del paisaje forestal.

De manera similar, se ha estudiado el comportamiento de la frecuencia cardíaca a través de la medición del pulso.

Se comprueba que, en conjunto, la tendencia del pulso es menor en el bosque que en la ciudad.

El cortisol es una hormona cuya liberación está controlada por el cerebro como respuesta al estrés. El contacto humano con el medio forestal disminuye la concentración de cortisol en comparación con el contacto con un entorno urbano, en todas las mediciones de los experimentos tomadas durante el día.

Las concentraciones de adrenalina y noradrenalina se emplea para evaluar el estrés relacionado con el trabajo, observándose que con un menor nivel de estrés se encuentra una menor cantidad de estas sustancias en la orina. Se ha descubierto que los paseos por un entorno forestal apropiado reducen significativamente las concentraciones de adrenalina y noradrenalina en la orina, mientras que el paseo por la ciudad no tiene efectos en este sentido.

Un procedimiento para evaluar el funcionamiento del sistema inmunológico humano, que le protege contra enfermedades identificando y matando células patógenas y cancerosas, es a través del número/proporción de las denominadas células NK (Natural Killer). Los experimentos llevados a cabo demuestran que el aumento en la actividad y número de células NK se mantiene durante más de 7 días, llegando a algunos casos a los 30 días tras la exposición en un ambiente boscoso.

En las encuestas realizadas a los sujetos objeto de estudio durante el experimento se refleja una clara disminución de marcadores de hostilidad, depresión y especialmente del estrés; así como un aumento de la vitalidad y de sentimientos positivos (confort, calma y frescura).

CONCLUSIÓN:

Las evidencias recopiladas muestran que actividades como pasear y contemplar un ambiente forestal son capaces de mejorar de forma cuantificable la salud física y mental de las personas.