Las fuentes hidrotermales podrían ser el lugar en que las moléculas necesarias para la vida se producen espontáneamente, según un estudio publicado en el Chemical Communications por científicos del University College de Londres, bajo el título "Bio-inspired CO2 conversion by iron sulfide catalysts under sustainable conditions".

El estudio explica cómo las partículas de los minerales que hay en las fumarolas submarinas son muy parecidas a las enzimas, las moléculas necesarias para que existan los seres vivos. A partir del dióxido de carbono disuelto en el agua, en esos respiraderos podrían crearse compuestos químicos orgánicos, como el metanol y el ácido fórmico.

"Hay muchas conjeturas según las cuales las fuentes hidrotermales podrían haber ser el lugar donde comenzó la vida en la Tierra", explica Nora de Leeuw, directora del estudio. "Hay mucho dióxido de carbono disuelto en el agua, lo que proporciona el carbono en que se basa la química de los seres vivos, y hay mucha energía, porque el agua es caliente y turbulenta. Lo que demuestra nuestra investigación es que estas fuentes hidrotermales tienen las propiedades químicas que impulsan a esas moléculas a recombinarse en otras asociadas con los seres vivos".

Según Nathan Hollingstworth, otro de los autores del estudio, las estructuras cristalinas y de superficie de los átomos en una fumarola actúan como catalizadoras, transformando las moléculas que se les acoplan.

Se comportan como las enzimas de cualquier organismo. Rompen los enlaces entre átomos de oxígeno y de carbono y luego los combinan con las moléculas del agua para generar ácido fórmico, ácido acético, metanol y ácido pirúvico.

Según las hipótesis sobre el origen de la vida, las estructuras basadas en el carbono habrían permitido la aparición de moléculas autorreplicantes y, posteriormente, el nacimiento de los primeros organismos celulares.

Las moléculas orgánicas pueden sintetizarse en la naturaleza sin necesidad de que haya vida aún en esa parte del proceso. Y las fuentes hidrotermales podrían ser el lugar en que, al menos, tendría lugar esta fase inicial necesaria para la vida.

En un terreno más práctico, el estudio quiere ofrecer un método para elaborar productos químicos a partir del dióxido de carbono, sustituyendo al petróleo en la fabricación de combustibles, plásticos y fertilizantes. El proceso imitaría la dinámica de las fumarolas submarinas, lo que sin duda sería un gran avance para una industria ecológica. Si es que se logra hacerlo viable a escala comercial.