La búsqueda de agua en el sistema solar, representa uno de los principales objetivos que tiene la NASA hoy día en su punto de mira. Si bien han sido encontrados grandes océanos de metano en Titán, el mayor de los satélites de Saturno y el segundo del Sistema Solar tras Ganímedes, siendo el único con una atmósfera importante y hasta ahora, el único cuerpo de todo el sistema en el que se ha encontrado evidencia clara de cuerpos líquidos estables en su superficie, ahora los científicos han encontrado un gran océano en el mayor satélite.

Desde hace años, ya se especulaba mucho acerca de estas posibilidades, en tanto que Ganímedes posee una corteza de hielo que flota encima de un fangoso manto que, tal y como ha sido confirmado, contiene una capa de agua líquida.

Un amplio sector defiende además que la cantidad de líquido puede llegar a superar el de nuestro planeta, a pesar de que este satélite sea más pequeño que la Tierra.

Dicen que además eventualmente se buscará vida en las profundidades de este misterioso océano, no olvidemos que el 99% de la vida de nuestro planeta se encuentra en este tipo de hábitats.

La NASA ha informado de que estas averiguaciones han sido basadas también en la detección de numerosas auroras boreales, fenómenos naturales en forma de brillo o luminiscencia característicos de las zonas polares, de manera muy similar a cómo se producen en nuestro planeta.

La mala noticia es que llegar a acceder a los confines líquidos del astro parece tarea imposible, al menos dada la tecnología de la que disponemos hoy día, pues han estimado en más de 100 kilómetros la capa de hielo que separa la superficie del misterioso océano de supuesta agua salada.

Sin embargo, la búsqueda del líquido transparente continúa no muy lejos de Ganímedes, pues en los otros satélites galileanos, Europa y Calisto (el restante es Ío), también han dado a entender que contienen agua, ¿serán el próximo objeto de investigación de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio?